¡Vaya día el de hoy! Emocionada desde las 9 de la mañana y aún con el nudo en la garganta…A lo largo de la tarde conseguiré asimilar la preciosa sorpresa de recibir vuestro agradecimiento por el trabajo con vuestros hijos e hijas. No hay nada más bonito que eso. No son fáciles las despedidas, nunca lo son, así que no me despido del todo. Esto es un “hasta pronto”.
Y os comparto algunos de los momentos más bonitos de hoy. No están todos porque es imposible hacer fotos de la mayoría pero las imágenes hablan por sí solas
Empezamos la mañana con un encuentro muy especial: la autora infantil Pilar López nos ha enseñado la historia de Ayobami y hemos podido preguntar y comentar con ella |
Después hemos jugado un poco a las adivinanzas …guardad este libro en vuestra propia cápsula del tiempo. De aquí a unos años veré a científic@s, veterinari@s, profesor@s, pasteler@s ¡y polític@s!
Y diré, muy orgullosa: “Fue mi alumn@“
Carta a mi yo del futuro |
Guarda bien esto y conserva un poquito de tu vida en la cápsula del tiempo |
No perdáis nunca la bonita costumbre de escribir |
Tampoco yo perderé la costumbre y, a partir de ahora,dedicaré este precioso cuaderno y mi nueva pluma a las anécdotas diarias con las que disfruto cada día
Y también hemos repartido diplomas de lectura, menos de los que me hubiera gustado pero estoy segura de que el curso que viene seréis muchos más
Y si ya estábamos emocionados, los escribidores de cartas de cuarto han hecho el resto. Jorge se ha emocionado y yo, aún lo estoy. No se puede hacer algo más bonito que dedicar tu tiempo a pensar qué decirle a alguien que te importa. En esta época de tuits y memes, de prisas e imágenes, buscar las palabras, mostrar los buenos sentimientos sin pudor, y dejarlos en una carta es una lección de humanidad de la que Beatriz Osés estaría muy orgullosa. Prometo hacérselo llegar.
Después de tanta emoción y alguna que otra lágrima hay que hacer un descanso que la garganta duele y los ojos escuecen, así que el recreo es un buen momento . Han sido difíciles estos recreos pero hemos conseguido comprender lo bonito de poder estar juntos.
Ojalá esta sea la lección aprendida, la necesidad de cuidarnos juntos y de cuidar nuestro entorno. Acordaros de Wangari Maathai y su Cinturón Verde
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